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El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki)



Hayao Miyazaki, director de cine jápones, ilustrador y mangaka, además de productor, quería hacer una película de animación japonesa que llegase tanto a niños pequeños cómo a los espectadores adultos y en una cabaña, mientras pasaba uno de sus veranos rodeado de cinco amigos, se lanzó a hacer la película sobre una niña heroína.
Desde que en 1997 estrenó "La princesa Mononoke", dirigida a un público más bien adulto por el diseño de personajes y escenarios, Miyazaki no había vuelto a hacer una sola película, y en 2001 se puso manos a la obra, se puso a crear una película que recebiría el Oso de oro del festival de Berlín a la mejor película y en los Oscar, se llevó el premio a la mejor película de animación, dejando atrás a las otras candidatas (Ice age, El planeta del tesoro, Spirit: El córcel indomable y Lilo y Stich) sin dicho premio y que la convierte en la primera película de animación de habla no inglesa, en conseguir dicha estatuilla.




"El viaje de Chihiro" nos relata la historia de una niña de 10 años, caprichosa, llamada Chihiro que se va a mudar a una nueva casa con sus padres.
Camino en coche a la nueva casa, Chihiro y su padre se desvía de camino, por lo que acaban pérdidos justo en frente de un túnel, que al atravesarlo aguarda una especie de Parque de Atracciones abandonado y que al llegar mucho más lejos, está lleno de casas, casetas y demás edificios, entre los que se encuentra un restaurante en el que al parecer, no hay camarero.
Empiezan a pasar cosas raras, y los padres de Chihiro se convierten en cerdos por comerse la comida de una especie de banquete, de la cual la niña no probó bocado porque no lo veía bien sin estar el camarero presente. Pronto Chihiro se da cuenta de que aquello no está abandonado y que es un lugar donde no se permite que haya humanos, y Chihiro asustada empieza a luchar por la supervivencia, pero las amistades con un chico llamado Haku, hace a la niña que la supervivencia en ese extraño mundo, sea un poco más simple.

Con esta historia, Miyazaki nos transporta a un mundo en el que habitan extraños personajes con varias manos, ranas de sirvientas o un bebé gigante hijo de la mandamás del lugar.
Su banda sonora no defrauda y se enlaza perfectamente a la situación de cada una de las escenas de la película, por ejemplo, la escena del dios pestilente, que a mi parecer es de las mejores de la película por la fuerza de superación que le pone Chihiro a la situación.
Por no hablar del diseño de los personajes, del escenario y de los movimientos que es una genialidad, donde ya al principio de la película, cuando la niña viaja en el coche, podemos comprobar los efectos que tiene, bastante buenos sin dudarlo.

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