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Con las horas contadas (1950)

Dos años después de que Rudolph Maté rodase "Cerco de odio" y "Tenías que ser tú" que pasaron sin pena ni gloria por la taquilla, el director se lanzó a hacer un film negro de interesante temática y que no poseé con un reparto famoso, de hecho, la mayoría son algo desconocidos, aunque yo ya había escuchado el nombre de Edmon O`Brien en algún lado, pero quitando ese nombre, no tenía ni idea de la existencia de Pamela Britton o de Luther Adler, una película titulada "Con las horas contadas" o D.O.A. en territorio estadounidense.
El film abarca en un principio, la entrada de Frank Bigelow (Edmund O`Brien) en una comisaría, alegando una denuncia por asesinato, curiosamente cuando le preguntan quien es el asesinado, Bigelow responde con un sorprendente "soy yo", que cualquiera tomaría por un loco o un borracho, pero es entonces cuando un flashback nos lleva al principio de la historia.



Bigelow es un contable que mantiene una relacción con su secretaria, Paula Gibson (Pamela Britton) y que dicha relacción amenaza con convertirse en un matrimonio. Para evitar pasados catastróficos, Bigelow decide tomarse un descanso en San Francisco, cosa que a Paula le parece mal, pero que no tiene otro remedio que aceptar su decisión y deja que se vaya. Nada más llegar a San Francisco, Bigelow ve que aquello no tiene pinta de ser muy relajante, y tiene pinta de ser más bien fiestero, en el hotel conoce a un grupo de personas que le invitan a tomar una copa en el Fisherman, un local de jazz frecuentado por muchísima gente, allí empieza su carrera contrareloj, pues alguien le ha cambiado la bebida, y esa bebida obtiene un veneno que resulta ser mortal, pronto se ve metido en líos de papeleos sobre un extraño metal.
La película transcurre cómo una pelea contra la muerte y contra los asesinos del desgraciado protagonista, que tan sólo quería un sitio donde relajarse y olvidarse de todo, a pesar de que las llamadas de su novia-secretaria sean constantes y vitales para el desarrollo de la película en algunos casos, en bastantes de ellos.



Las actuaciones son buenas, sin llegar a ser excelentes o destacables, simplemente son más del montón, pero el guión hace destacar a Edmund en toda regla, no cómo Pamela Britton que a mi parecer, está floja y siempre pensando en lo mismo, sin ningún tipo de interés por otra cosa que no sea saber si Bigelow le ha engañado con otra mujer, y la dirección de Maté es soberbia, dirigiendo un thriller duro y a la vez sensible, pues al fin y al cabo, a medida que avanza la película, empiezas a sentir lástima por el contable que queda destruido tras haber entrado en aquel bar que siempre maldice durante la película, con razón, por otra parte.
La película ha contado con dos remakes, "Color me dead" en 1969 y bajo las órdenes de Tom Tryon y "D.O.A" (1988) en el que actua Meg Ryan entre otros, pero ninguno de ellos supera la película original, ni mantiene su frescura, al igual que ha pasado con muchos otros remakes a lo largo de la historia cinematográfica.

LO +:
-Es algo muy simple, pero el principio me ha gustado muchísimo.
-La dirección de Rudolph Maté, soberbia.
-Guión original para una película de cine negro.
-La metáfora de "conformate con lo que tienes"

LO -:
-Pamela Britton, al igual que la relacción que mantiene con ella, que es topaz y sosa.
-El sonido no es del todo bueno.

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