En 1961, y tras haber rodado "Los últimos días de Pompeya", Sergio Leone que por entonces no había hecho aún ninguno de sus famosos westerns, sacó a la luz su segunda película en su corta filmografía, y una de sus películas menos conocidas como es "El coloso de Rodas", que se considera en cierta parte su primera película, dado que en "Los últimos días de Pompeya" el director iba a ser Mario Bonnard, pero por enfermedad de este, Sergio Leone se ocupó del resto de la película, pero se le atribuye a ambos.
La sinopsis de la película nos cuenta como el héroe griego Darío (Rory Calhoun), en sus vacaciones en Rodas, se ve interrumpido por una revuelta de esclavos contra el régimen de el perverso soberano que pretende venderse a los soberanos, y por supuesto, a su pueblo.




Nos encontramos ante un Peplum (cine histórico de aventuras) que bien se podría catalogar como uno de los peores films de Leone, que ojo, no estoy diciendo que sea mala, estoy diciendo que en comparación con las demás es peor, y que si tenemos que hablar de peplums nos encontramos ante uno de los mejores para mí.
Cuenta con un gran trabajo en la escenografía, muy trabajada y muy bien ambientada (los últimos 20 minutos son verdaderamente impresionantes), además de las hordas de extras que trabajaron en esta película, para darle mejor ambientación a la isla griega.
Junto con esta ambientación tan buena, nos enncontramos con un guión algo simplón pero con cierto encanto imposible relatar llevado a cabo por Ennio De Concini, un conocido guionista de este tipo de películas que aunque tiene mejores guiones en otros films, en este como he dicho lo hace medianamente bien, sin llegar a ser increíble su trabajo.
Uno de los puntos flojos también llega en el guión, pues en alguna que otra ocasión es desconcertante, y en esto también tiene algo de culpa Leone, pero esos fallos en el futuro se corregirían para alegría nuestra, y para alegría suya, claro está.


El coloso como podeís comprobar (y como es lógico) no es tan grande como en la película se hace creer, y es que eso está muy bien representado, pues parece verdaderamente una estatua a tamaño real y que posee una inventiva realmente buena.
En el apartado musical nos encontramos con Francesco Angelo Lavagnino, con una música algo típica de estas películas y que hace un buen trabajo metiendo una buena dosis de música "épica".
Resumiendo, nos encontramos ante una película que a pesar de tener sus limitaciones (y que no son pocas pero tampoco muy graves en algunos casos) es un buen ejercicio para empezar en los films de este tipo, que calca bien la historia pero que no es ni mucho menos de lo mejor de Leone.

NOTA FINAL: