Giorgios Lanthimos se estrenó en 2005 con una película que pasó con más pena que gloria por nuestros ojos, llamada "Kinetta", la cual con buenas ideas quedó en un estreno pobre y al cual le faltaron ganas y más trabajo del que se había planteado.
Esto invito a Lanthimos a reflexionar seguramente y así, rebuscando bien en su imaginación, el director griego se puso manos a la obra con Efthymis Filippou para hacer el guión de "Canino", película de la que vengo a hablaros hoy.

"Canino" nos cuenta la historia de una familia con tres hijos que vive en una mansión vallada, y de la cual ninguno de los tres ha salido nunca, siendo sus padres el único motor de educación ante la vida, sin que puedan dejarse influir por los demás. Los hijos, creen por ejemplo que un zombie es una flor amarilla y un avión es un juguete, por lo que no saben cual es su significado real. Es entonces, cuando el colmillo hace mella en la historia y por tanto, los hijos sienten curiosidad por saber de él.


La película ya nos indica desde un primer momento que la realidad se modifica a gusto de los padres en un gran número de cosas, siendo a mi parecer un juego de los padres creyéndose dioses dentro de una mansión que es dónde transcurre el día y la noche de la película prácticamente.
Y esa es la curiosidad que reside en la película. El principal argumento, el como Lanthimos y Filippou juegan a marear al espectador con el cambio de palabras que traídas de una mente que desvarió muchísimo, acaba siendo el principal plato estrella sin comerlo ni beberlo, con un "colmillo" como hilante de toda la película.
Aunque bien es claro, que la película es conocida por la dureza que implora, la belleza insana que transmite y particularmente por su emotividad y desencanto, y su toque de realidad que parece que está transmitiendo.
La primera sensación que te aborda el film es de una locura de guión, de unos personajes peculiares pero a la vez desconcertantes, y la verdad, no es para menos. Pero lo extravagante y lo raro a veces nos parece un alimento cinéfilo saludable.
Lanthimos también juega mucho a que el espectador abandone la película porque no está entendiendo varias cosas, pero lo cierto es que aparte de que las dudas son resueltas más adelante, quiere meter al espectador en un mundo extraño, donde nada parece lo que es, y donde se quiere abandonar esa mansión vallada y ver el mundo real que esos tres hijos desconocen completamente. Por tanto, no desesperéis en algunas ocasiones si sois de aquellos que con un guión inconcluso en ciertos momentos no termina de ver la película por miedo a que después no explique absolutamente nada.


Lanthimos nos expone un buen cine, con un claro ejemplo de como las cosas enrevesadas pueden tener un sentido claro y con un elenco de actores que hacen creíble casi todo lo que pasa.
Ganadora de un premio en Cannes, el film fue seleccionado para los Oscar como mejor película de habla no inglesa, pero este preciado premio fue a parar finalmente en las manos de la directora Sussane Bier por "En un mundo mejor" lo que me parece totalmente justo, dado que aunque la película es buena, no sobrepasa las pautas para ganar a la película danesa.