Vuelvo a las andadas, tras un tiempo que me he tomado de respiro por el blog y vuelvo con esta entrega de Batman bajo el brazo.
En 1989 y tras hacer "Beetlejuice", Tim Burton volvió a contar con Michael Keaton para que este encarnase al conocido superhéroe de DC Comics, Batman.


En Gotham City, una ciudad gobernada por el miedo y la corrupción, Batman (Michael Keaton) es buscado por la mafia local y para tenderle una trampa, uno de los mayores cargos de la organización como es Jack Napier (Jack Nicholson) tiende una trampa a Batman en una central, donde ocurre un accidente que cambiará la historia de (por aquella época) el Señor de la noche. Es el comienzo del Joker.


Hay películas que vi hace tiempo y me gustaron, por ignorancia puede que fuese el motivo más claro de todos. Recuerdo que películas como "Ben Hur" (1959) me parecían un coñazo infumable y por lo pronto, me sigue pareciendo en algunas partes así, pero es que ya aunque sea sólo por su carrera de cuadrigas la película merece mi admiración.  La ignorancia era uno de los principales alicientes, para que a gente como yo esta película le pareciese una recreación genial del cómic, pero con los años me he leído cada uno de los cómics de este personaje de DC y por tanto, la opinión sobre la película ha variado bastante desde entonces, buscando fallos morrocotudos que os redacto. Puede contener SPOILERS.
La película empieza por lo pronto con un Batman muy vengativo, sediento de sangre y sin un rastro del Batman salvador de villanos que tenemos acostumbrado los fans a verlo en cómics, o incluso en videojuegos, y es que, ¿Qué tipo de Batman dejaría morir a alguien como El Joker pudiendo salvarle?.
La escena en cuestión se encuentra al final de la película, donde El Joker se queda colgado en una gárgola que acaba por romperse y El Joker va en caída libre y sin cuerda, lo que hace Batman es quedarse mirando como se cae, cuando todos sabemos, que podía haber saltado, coger al Joker y con el Batgancho haberle salvado, pero no, el murciélago asesino deja que caiga, muerte para un gran personaje.
El caso es que este fallo, por desgracia no es el único que encontramos en el film del señor Burton, dado que olvidaros de que Joe Chill mató a los padres de Bruce Wayne, ahora quien mató a los padres fue El Joker, y eso le hace al Señor de la noche vengarse con la muerte, menos mal que luego Nolan nos lo dejó claro en "Batman Begins" (2005) y es que, Tim Burton, es mejor informarse o no hacer nada antes que cagarla completamente con tales fallos. Pero bueno, no todo es mala leche ante esta película.


Lo cierto es que el personaje como tal de El Joker está muy bien caracterizado por Jack Nicholson, y es que, si alguien tenía que hacer ese papel era él, actor que solemos relacionar con el mundo de la locura y del mal humor, y que en esta ocasión nos ofrece un papel que nos deja buen sabor de boca y nos hace olvidar la actuación aceptable de Michael Keaton. Además, ciertas partes de locura y de surrealismo están abanderadas por una BSO estupenda de Danny Elfman, del que por cierto, encuentro su obra musical más sabrosa en un videojuego, como es el "Fable", y en el mundo del cine, pues esta es una de mis favoritas.
Y otro punto a favor de la película, es que superó con creces a la película de 1966, aunque no era muy difícil.