Para esta primera entrega traigo la crítica sobre la primera película del cantante estadounidense Rob Zombie, y además de ser su debút, es la primera de las dos películas de la saga, aunque el propio Rob dijo que la segunda no tenía mucho que ver con la primera, y es así, ya que profundiza más a los personajes, pero eso ya lo hablaremos en otra ocasión, ahora hablaré de la primera película de la "saga", titulada "House of 1000 Corpses en territorio americano y conocida aquí cómo "La casa de los 1000 cadáveres".
La historia nos traslada a una zona de los Estados Unidos algo desértica en la que unos estudiantes típicos de las películas de terror ruedan hacía un pueblo de una de las protagonistas en las vísperas de Halloween con el fin de celebrar allí dicha festividad.
En su camino, la gasolina empieza a causarles problemas, por lo que deciden parar en una curiosa gasolinera, propiedad de un tal Cápitan Spaulding (Sid Haig), un aparente ciudadano loco que va vestido y maquillado cómo un payaso psícotico, y que en su propia gasolinera, tiene diferentes colecciones de calaveras, huesos y varias cosas, pero sobre todo tiene su gran atracción constituida por locas historias entre las que se encuentra la de un tal Dr. Satán, por la que uno de los estudiantes queda fascinado, y tras insistir mucho a Spaulding, éste cede a dibujarle un mapa de la zona donde creen que está el cuerpo del doctor.
En el camino, se encuentran con una atractiva muchacha llamada Baby Firefly (Sheri Zombie) que desea llegar a casa y que ceden a hacerlo, por desgracia una avería les deja en el camino, pero no todo es negatividad, dado que Baby tiene un hermano que trabaja con una grúa y les llevará a casa.
Por desgracia, poco a poco, se van dando cuenta de que la familia Firefly no es muy normal y de que le gustan las visitas a largo plazo, tan a largo, que pueden ser eternas.
Rob Zombie nos lleva con esta película a un argumento que merece muchísimo la pena ver, dado que rompe con los esquemas del actual cine de terror y nos lleva a películas de la época de "La noche de los muertos vivientes" (1968) con ese esquema, pero con algún que otro toque más sangriento y gore que de costumbre y con una gran influencia de "La casa de los horrores" (1981) de Tobe Hooper, a la hora de ambientar la película.
0 opiniones personales:
Publicar un comentario