La trama nos situa en la vida de un contable y desconocido pintor llamado Chris Cross (Edward G. Robinson), al que la vida le trata bien en el trabajo, pero en lo demás le va bastante peor, con una mujer que le utiliza cómo si de un asistente personal se tratase.
Su vida pega un giro gigante cuando durante una fiesta por sus 20 años en la empresa, ya que cuando decide terminar la fiesta y volver a casa, observa un incidente de una mujer que está siendo atracada por un ladrón. En un acto de valentía, Chris decide agredir al ladrón, que queda inconsciente y finalmente sale huyendo cuando Chris va a llamar a la policía.
Tras todo este desconcierto, Chris observa cómo la mujer llamada Kitty (Joan Bennet) es realmente bella, lo que le lleva a Chris a empezar a enamorarse de ella, y ella de él, cuando sabe que sus cuadros, pueden llegar a valer una fortuna.

Este hombre actúa cómo un asistente personal de su mujer (Rosalind Ivan), que le maneja cual marioneta, cambiando el papel que se solía dar en la época, en el que la mujer era la manejada por el hombre, que es lo que nos cuenta la otra historia interpretada por Joan Bennet y Dan Duryea, en el que es la mujer la manejada por el hombre.
Por tanto, la película nos cuenta los aspectos de la dominación, provocada por un falso enamoramiento, o simplemente por interés.
LO +:
-Genial trama, te deja enganchado a la pantalla.
-Cómo siempre, destacar la dirección de Fritz Lang.
-La actuación de Joan Bennet y Edward G. Robinson.
LO -:
-El sonido, para ser de 1945, es un poco flojo.
-No me ha gustado nada la actuación de Rosalind Ivan.
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