El estreno de esta película levantó una gran expectación en el público cinéfilo ya que el propio Blatty, había dicho que el libro lo hizo basándose en una historia real sobre un niño llamado Robbie, que sufrió alteraciones de personalidad y al cual se le realizaron exorcismos a lo largo de tres largos meses.
La película nos situa en un principio en Irak donde el arqueólogo y sacerdote Lancaster Merrin (Max Von Sydow) presiente el mal, y así se confirma cuando se encuentra con la estatua del demonio Pazuzu, considerado el rey de los demonios del viento y el hijo del Dios Hanbi en Babilonia, hecho que no se cuenta en la película pero sí en el libro.
Tras esto, la acción nos traslada a Washington DC, donde una familia se acaba de mudar allí.
Pasado un tiempo, en donde una niña de doce años, Regan McNeil (Linda Blair), empieza a experimentar cambios en su personalidad imposibles de explicar. La niña se vuelve soez y agresiva por momentos, por lo que los médicos empiezan a pensar que es un trastorno de doble personalidad, pero al ver que cada vez empeora más y tras hacerle pruebas y no descubrir nada, se descarta la opción.
Su desesperada madre, Chris McNeil (Ellen Burstyn), considera que todo aquello era sobrenatural e inexplicable, por tanto decide buscar explicación en la Iglesia, donde decide pedir ayuda para un exorcismo, que al principio será dirigido por el padre Karras (Jason Miller), para ser más tarde ayudado por el padre Merrin, que está experimentado en el exorcismo.
La película nos ofrece un maquillaje excelente para la pequeña Regan, que se aplaude aún más en la evolución que va dando su rostro a lo largo de la trama, con un aspecto que casi se podría decir que verdaderamente es el diablo y con una buena visión sobre el exorcismo, que aún se practica en algunas ciudades, en su mayoría mexicanas. Y sobre todo me refiero a la forma de empezar un ritual tan terrorífico, advirtiendo que "se debe evitar cualquier dialogo con alguien tan mentiroso como el diablo", y es que en algunas ocasiones, se intenta intimidar a los dos exorcistas a que hagan algunas cosas tendiéndoles el mismo diablo una trampa.
En el Montaje del director, la calidad del sonido es un poco baja, tanto como el doblaje, que pierde un poco de gracia a la hora de meterte en el ambiente de la película, aunque esos fallos, los absorbe su genial escenografía, que a pesar de situarse casi siempre en la casa de los McNeil, la casa también parece cambiar cuando la pequeña se empieza a sentir mal, y más en ese ambiente que parece mucho más terrórifico según va avanzando el problema de esta.
Dicha edición también tiene escenas nunca vistas, y de las cuales no puedo poner cuales son las que se añaden, pues siempre me he visto la del Montaje del director y no la original.
Eso sí, un tema que no hay que dejar pasar de largo cuando hablamos de esta película es su genial BSO, con la inmortal "Tubular Bells" de Mike Olfield.
Durante el rodaje, pasaron cosas muy raras, como cuando se quemó una parte del equipo sin saber como, pero a lo mejor eso son cosas para dar ambiente.
La película quiso en un principio que Stanley Kubrick dirigiese el film, pero él lo rechazó y entonces se pensó en Friedkin, que sin duda alguna lo dirige muy bien y hace de "El Exorcista" una película referente en el cine de terror.
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