La historia ambientada en los alrededores de la iglesia de Saint Dominic, empieza con la llegada de un nuevo sacerdote a esta llamado Chuck O'Malley (Bing Crosby), un sacerdote alegre, moderno y caritativo, que precisamente por ser así tendrá sus más y sus menos con otro sacerdote de la parroquia llamado padre Fitzgibon (Barry Fitzgerald) que totalmente contrario a él, es una persona arisca, anticuada y ceñida extrictamente a las normas.

Pero no sólo en los Oscar fue donde triunfó la citada película, ya que para muchos este drama con pequeños toques de comedia es una de las grandes películas de los años 40 sobre todo por el hecho de ver a Bing dirigido por Leo McCarey, una decisión muy buena pues se barajeaban diferentes actores para el papel de Chuck O'Malley.
Bien es cierto, que el papel de Bing (y él mismo lo dice) lo consiguió más por su popularidad que por el propio papel, que para mi gusto debió llevarselo su compañero de reparto Barry Fitzgerald, que hace un papel muy bueno, de lo mejorcito de su carrera diría yo.
La gente buscó en "Siguiendo mi camino" el evadirse del mundo real para transportarse a otro con mayor optimismo, pues en plena Segunda Guerra Mundial y cerca de que Hitler se suicidase no era simple olvidarse de lo que verdaderamente acontecía al mundo.
Gracias a esta película, muchos espectadores se evadieron mas que nunca, y la actuación del personaje de Crosby, le hizo ser el personaje más popular de Norteamérica por aquella época.
En 1945, nos encontraremos con "Días sin huella" de Billy Wilder.
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