A cargo de la dirección de Mikael Hafstrom y guión de Michael Petroni se nos presenta la adaptación a la novela del escritor Matt Baglio del mismo nombre y basada en hechos reales tal y como nos explicaban en el trailer que ya colgamos en el blog hace un tiempo.
La sinopsis gira en torno a Michael Kovak (Colin O’Donoghue), es un seminarista estadounidense suspicaz con los exorcismos y las manifestaciones demoniacas, provocadas según él por trastornos psicológicos de aquellos que lo poseen.
Con el motivo de asistir a unas clases sobre exorcismo, Michael viaja hasta el Vaticano, allí conoce a un exorcista experimentando llamado Lucas, Padre Lucas (Anthony Hopkins) y pronto comenzarán a darse los hechos típicos de una película con una temática sobre el exorcismo.
Y esta es la sinopsis de una película que no aporta nada nuevo al cine sobre los exorcismos, y mucho menos al cine de terror con un director que ya en su ocasión adaptó otros libros como "1408" (2007) de Stephen King, con un gran éxito de audencia, aunque un poco normal para la crítica cinéfila.
La película, con una dirección bien enfocada y una interpretación muy buena de Anthony Hopkins y apartada completamente del típico guión de película de terror aunque eso sí, con los típicos sustos que cree el director inesperados pero que ya mucha gente se espera en muchas de las escenas de la película y con algún toque de humor entre la relación de los personajes interpretados por Hopkins y por un flojo Colin O’Donoghue, que ni convence ni deja de convencer.
Es una película como ya he dicho antes poco original y que se fija muchísimo en la más clásica película sobre exorcismos como es "El exorcista" del director William Friedkin.
Dotada de algún momento de tensión, la película a pesar de todo, se queda en algo flojo que posee ideas buenas para una película, pero no deja de ser la típica película de terror que encanta a la juventud de hoy en día sin ningún sentido.
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