Hoy os traigo la que es para mi una de las mejores películas soviéticas de la historia del séptimo arte y de un director que no tiene nada que envidiar a grandes directores más conocidos.
Tras pasar 4 años de silencio fílmico absoluto, Andréi Tarkovski volvía a la carga con la mejor obra que podemos encontrar en una exquisita filmografía, Stalker, aunque esto es sólo una opinión personal, otros preferirán por ejemplo la película que antecede al film en cuestión, como es "El Espejo" (1975). Pero hablemos del tema que nos ocupa, hablemos de "Stalker".
En Rusia existe un lugar conocido como la Zona, donde algunos años antes se estrelló un meteoro. A pesar de que el acceso a la Zona está prohibido, los Stalker se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje.





Aquel que nunca haya contemplado una película de Tarkovski se encontrará con una narración de acontecimientos dolorosos, caóticos y con un punto de vista muy especial en muchos de los sucesos que se desarrollan en las escenas del film. Pero aquellos que ya hayamos visto cine de Tarkovski, comprenderemos aún más el papel en el que nos sitúa este genio, el del espectador, el más doloroso de todos los papeles muchas veces.
La película coquetea de nuevo con parámetros pasados del cine de Tarkovski, la ciencia, la destrucción y la pérdida de fé es lo principal en esta película, y por falta de fé me refiero a la esperanza y no a lo religioso.
Todos estos parámetros se ven más inculcados y marcados gracias al sentimiento, las ganas y la fuerza que le pone el trío de protagonistas del film, con unos excelentes papeles rodeados de unos deseos propios y de una personalidad distinta de unos pensamientos a otros que abarcan el sentido de la vida y la felicidad básicamente, sin menospreciar la riqueza de sabiduría que aporta "el viaje" hacía algo nuevo y prácticamente desconocido para ellos.
Lo que más me ha gustado de este film y que lo caracteriza tan bien como algo propio de la vida, es la búsqueda en algo de lo que nos hablan que puede ir muy bien, es la búsqueda a la vida perfecta al ritmo de una sinfonía que podamos marcar nosotros mismos sin depender de que otros desafinen nuestra melodía, nuestra vida.
Para hacer lo anteriormente dicho, no basta con ser un gran director de cine, hace falta saber cómo se da cada paso y cómo se avanza poco a poco en esta vida sin tener nada, y bien es cierto que aunque Tarkovski tenía un padre bastante conocido llamado Arseny (un famoso poeta soviético) su infancia fue dura y hasta la juventud no supo donde quería desencadenar su actitud laboral, como fue el cine. Con esto me refiero a que para calcar tan bien la búsqueda de lo imposible, hace falta haberlo vivido cómo él y saber marcarlo con tanta maestría en un celuloide que rebosa de filosofía y de dilemas existenciales, un pedazo de película.