En 1963 salió a la luz una serie creada por Roy Huggins y que llevó por nombre "El fugitivo". En su reparto contó con gente como David Janssen o Barry Moore y una excelente música por parte de Pete Rugolo llevaba al espectador a experimentar una sensación de una carrera contrareloj que se acoplaba al guión.
En 1993 y esta vez bajo las órdenes de Andrew Davis (que venía de hacer "Alerta máxima"), "El fugitivo" volvía en modo de film y esta vez el actor que interpretaba al Dr. Richard Kimble era Harrison Ford.
La historia era la misma que en la serie; Richard Kimble es acusado del asesinato de su esposa y por azares de última hora logra escapar del camión que lo conduce a la penitenciaria. La policía le intentará buscar a los mandos de Samuel Gerard, mientras él intentará demostrar su inocencia en una carrera contrareloj de poco más de 2 horas de duración.
Nos encontramos ante un film que bien puedo catalogar en mi opinión como uno de los imprescindibles de los 90 y uno de los mejores papeles de Harrison Ford a lo largo de su carrera.
La acción y lo frenético se unen en esta ocasión para ofrecernos una película de intriga de un hombre que se encuentra en una carrera por salvar su vida y la de hacer la justicia que el gobierno no ha sabido hacer; es aquí donde encontramos el primer mensaje del film posiblemente.
La falta de pruebas muchas veces hacen que los gobiernos actúen de una forma totalmente inadecuada a la que lo deberían hacer, cosa que pasa en el film con Richard Kimble, que a simple vista se ve lo destruida que queda su vida tras el asesinato brutal de su esposa a manos de quien dice el doctor, parece ser un hombre manco.
La película aparte del ahogo por salvar la vida y honrar la muerte de la mujer del protagonista, nos ofrece un enfrentamiento épico entre dos caras como son la de Harrison Ford y la de Tommy Lee Jones, un enfrentamiento épico entre preso y policía, con este último sobreponiendo su investigación a su forma de vivir, y moviendo muchísimos hilos a lo largo de la película para dar con el fugitivo.
De hecho, mi escena favorita de este film lo protagonizan ambas caras, y es que a pesar de que contiene grandes escenas de acción y persecución, en mi opinión la escena de la presa merece un punto y aparte en el film. El jugarse la vida por demostrar una inocencia nada clara para nadie desde esa altura, pone los pelos de punta la primera, la segunda, la tercera y las veces que veas la película. Es algo que nunca te cansas de ver, está hecha con maestría.
Aparte de esto, destaca la música de James Newton Howard, manejada con muchísima más maestría que en la serie, aunque comparaciones fuera, ambas son estupendas, pero la de Newton me aporta más emoción, te sumerge mucho más dentro del film que la de Rugolo.
En resumidas cuentas, una película imprescindible para los amantes de las persecuciones y para los que les gustó la serie, decir que a mi me parece mejor el film. El mejor de Davis sin duda.
Ahora os dejo unos links, sobre cosas de la película.
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