Holy Motors, de Leos Carax, es mi excusa
para hablar de ese otro cine. Hoy me
apetece despreciar un poco lo convencional, lo refrito, lo gastado, lo
saturado. Adjetivos a los que se ajusta
perfectamente la mayor parte del cine que se estrena cerca de nuestras casas,
cine en su mayoría mediocre, sin interés, que no cuenta nada nuevo, ni lo hace
de un modo diferente ni interesante.
Películas que son tan malas, que no destacan ni dentro de su propia
mediocridad, es decir: no son ni destacablemente malas.
Ahora, con el nuevo trabajo de
este interesante francés, tenemos la discusión servida en bandeja. Porque pronto aparecen los que defienden a
muerte este tipo de trabajos, y los que los aborrecen. Como no he visto la película en cuestión, no
tengo la suficiente perspectiva para hablar de ella. Pero sí puedo hablar de la propuesta en sí,
porque todo lo que nos llega que no huela a “más de lo mismo” lo agradezco
bastante, la verdad. Otra cosa es que
guste más o menos, pero al menos ya me parece admirable que alguien quiera
contar cosas diferentes, o que cuente lo mismo, pero de un modo especial,
distinto. Leos Carax, entiendo, es uno
de esos artistas que le echan pelotas de verdad, y al que poco le importa lo
que puedan decir de su película.
Dentro de este
panorama, puedo nombrar a otros cineastas admirables: Wes Anderson, Spike Jonce
y Michael Gondry, estos últimos provenientes directamente del terreno del
video-clip, lugar donde se forman muchos cineastas interesantes, y donde
sobretodo Gondry ha demostrado ser un auténtico genio del medio audiovisual,
junto a, si se quiere, Chris Cunningham.
Hace pocas semanas me calcé Donde
viven los monstruos, que hacía tiempo quería ver. Y pensé “menos mal”. Menos mal que alguien tiene los huevos de
hacer algo así, menos mal que aún hay
artistas interesantes, menos mal que aún se cuentan este tipo de historias,
menos mal que alguien –todavía- hace apología del buen gusto.
De Michael
Gondry vi ayer mismo Rebobine, por favor,
que sin ser su mejor película, ni de lejos, me pareció una deliciosa propuesta,
una película poco ambiciosa pero encantadora, simpática, que cuenta algo
diferente y lo cuenta bien. Mucho más de
lo que podemos esperar en la mayoría de estrenos que nos acechan.
Algunos me
dirán que, después de hablar en este blog de Spielberg, esto es
incoherente. Pues el famoso cineasta
cuenta lo típico de un modo clásico.
Correcto, pero al menos él lo hace bien.
En este sentido, por ejemplo, Juan Antonio Bayona no me parece un
director interesante en absoluto. Después
de haber visto su película Lo imposible,
le reconozco las buenas labores a nivel técnico, la corrección de los actores,
los efectos, nada que sea mérito del director en realidad. Leí que copiaba a Spielberg, precisamente, y
después de verla debo añadir “de qué modo”.
Porque Bayona no se corta un pelo al hacerlo, pues le reconocí al menos
diez secuencias calcadas de películas del director de E.T. Al final, del propio
Bayona no queda casi nada, o nada que sea digno de mención. En definitiva, un director que no tiene mucho
que decir, pero que tiene un equipo de profesionales alrededor tan bueno que no
importa lo que él sea. Y en cualquier
caso, qué importa todo esto, si los espectadores demuestran tener una falta de
criterio absoluta.
Así que, ustedes
mismos. Personalmente, no estoy
dispuesto a perder muchas más veces el tiempo y el dinero yendo a ver
previsibles mediocridades, películas vacías que poco pueden aportar a nuestras
vidas. ¿Entretenimiento, distracción,
evasión? Ese siempre fue el argumento
fácil. Hacerlo de vez en cuando, no me
parece mal. Pero, por norma…
Si Carax a veces ha acertado o se ha acercado al blanco, no es desde luego con 'Holy Motors'. Vaya pedazo de caca pretenciosa!!!
Bueno, de entrada desconfío de alguien que firma como "manipulador de alimentos", je, je..
Pero cuando la vea, comentamos. Un abrazo, y ole tu comentario!
¿Que hay, Collin?
Ni sé quien es Carax (tendré que verlo ¿cual me recomiendas de entrada?) ni he visto la última de Bayona. Coincido contigo en un punto, ya que soy de los que afirman con conocimiento que el cine (relativamente) independiente a veces nos deja joyas de la hostia; por citar a un cineasta, Gaspar Noé. Y con frecuencia ese mismo cine nos regala un buen reguero de momentos inolvidables, atrevidos, impensables en una peli convencional. Pienso en las geniales locuras de Takashi Miike cuando hacía cine menos comercial.
Pero también te digo que el hecho de que un director copie no es necesariamente malo. Es más, ¿quién demonios no copia? Hombre, a ver, si plagias, ya es otra cosa, pero si usas material como referencia, es otra. El propio Coppola tuvo como referencia el final de una peli de Hitchcock para su famoso final de la puerta de El Padrino. Y el decía: si vas a copiar, al menos copia a los mejores. Pues eso, que para encontrar originalidad a raudales nos tenemos que ir a David Griffith o antes. No es tan malo que copien, mientras no sea una copia al carboncillo y lo hagan bien. Mira Looper, tío, con sus referencias a Terminator o Akira y a tropecientas mas. O a Mamoru Oshii haciendo escenas de acción a lo John Woo... o Cisne Negro, que es una adaptación ilegítima de Perfect Blue (la diferencia es que Aranofsky no lo reconoce y los otros cineastas sí).
En fin, parezco una persiana.
Nos seguimos leyendo, Collin y que todo vaya bien. Un abrazo.
Saludos, Flores.
Sí, agradezco tus palabras, y estoy de acuerdo en los nombrados Gaspar Noé y Takashi Miike.
Y es cierto lo de copiar. Claro, es imposible trabajar desde la nada, siempre hay puntos de referencias. Tengo experiencia en estas críticas, en recibirlas digo, y sé lo que joden. Aclaro: alguien dijo que mi largo no le había gustado porque me adivinada las influencias. Dijo algo así como "sé que te molan Won Kar Wai, Michael Mann y otros", a lo que yo contesto "¿Y qué? Juzga mi puta película y déjate de adivinanzas" Ni que yo ocultara las influencias... La defensa del señor Bayona puede ser idéntica, naturalmente. Copia al Spielberg. ¿Y qué?, podemos decir. El Spielberg copia a otros, que a su vez copiaron a otros. Eso está claro. Pero macho, hay formas y formas de hacerlos. Hay secuencias en Lo imposible que son un calco, tío, un puñetero calco. Eso ya apesta a plagio. Y luego ni siquiera lo hace para bien. Con esos ejercicios de estudiante de cine no aporta nada. La película sigue sin emocionar. Y no emociona, entre otras cosas, porque sabemos de sobras qué ocurre con la familia protagonista. Y acaba dando igual lo que sufran, si sabes que al final van a salir bien del caos. Y Bayona no da la suficiente fuerza ni autoridad ni oficio ni talento para que eso deje de importar.
Respecto a Cisne negro surgida de Perfect Blue: Perfect Blue, mola; Cisne negro, no.
Y de Carax, lo que me flipó fue su participación en Tokio, ese tríptico de puta madre.
Y tras esto, sólo decirte que estoy encantado de que nos leamos por aquí, tío. Un abrazo.