Sam Wood vuelve de nuevo a dirigir una película con los Hermanos Marx en ella. Si ya lo hizo perfectamente con "Una noche en la Ópera", esto sin duda no podía estar mal, y efectivamente fue así, siendo de un guión bastante original a mando de Robert Pirosh, George Seaton y George Oppenheimer, que por cierto, Pirosh hizo sus cameos no acreditados, en el guión de "Una noche en la Ópera" también."Un día en las carreras" es sin duda una de las mejores películas de los Hermanos Marx en mi opinión y una de las mejores a cargo de Sam Wood, sin olvidar cosas cómo "Por quién doblan las campanas" con una gran Ingrid Bergman de protagonista, y también con el gran Gary Cooper, pero de esa película ya hablaré pronto, de momento vamos a ir a ver de que trata esta película que mezcla las carreras de caballos con un humor de lo más desternillante y loco, cómo el humor al que nos tienen acostumbrado.
La trama nos situa con el principio de Tony (Chico) intentando convencer a algunos de los turistas a subir en un autobús que lleva al sanatorio de la cual es propietaria Julia, o Judy (Maureen O`Sullivan) y que necesita dinero para pagar la letra del sanatorio, del cual últimamente hay muy poco negocio y del que Tony quiere ayudar, y además de él, también quiere ayudar Gil Stewart (Allan Jones) haciendo que su caballo, en este caso yegua, gane carreras con Stuffy (Harpo) cómo jockey de carreras.
A esto se une un médico recomendado por la ricachona (la cual se dice que tiene una enfermedad) de la cual se tiene que aprovechas Julia.
Pero este médico, no es un médico cualquiera, y es que el Doctor Hugo Huckenbush (Groucho Marx) no es lo que parece, no es un médico, es un veterinario, pero se hará pasar por un médico para ayudar a Julia, pronto las cosas se complicarán y esto provocará varias escenas memorables.
La imágen que ven arriba es una de las mejores escenas de la película para mí, en la cual se intenta dar un diagnóstico falso de la señora Emily (Margaret Dumond) y en la cual se encuentran frases tan memorables cómo este dialogo:
-Withmore: "Doctor, digamé de dónde han salido estos hombres"
-Groucho Marx: "No hace falta llamarlos se frota una lámpara y aparecen"
Y en el final se encuentran frases cómo esta:
-Groucho Marx: Emilia, tengo que hacerte una pequeña confesión. En realidad soy veterinario, pero cásate conmigo y nunca más miraré a otro animal.
Para mí, una de las obras obligatorias de la comedia, y no de la comedia de los Hermanos Marx, sino de la comedia en general a lo largo de la historia del cine, aunque cualquier cosa basada en estos locos Hermanos es obligatoria de visualizar.
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