La película nos cuenta el cambio repentino de un hombre normal, valiente y honrado llamado Willi Stark, que de la noche a la mañana decide entrar en el juego de la mentira; en la política, y se da cuenta de que todo allí es un juego sucio donde gana el más villano de todos.
Una vez elegido gobernador, se verá absorbido por el poder y hará todo lo que sea por quedarse en su puesto.
Como ya dicté anteriormente, estamos ante un director infravalorado, autor de grandes obras maestras, dictando cosas como "Cuerpo y alma" (1947) que se convirtió en una gran película y que con el paso del tiempo la gente la ha dejado un poco en el olvido, además, fue el estreno como director de Rossen. Luego tenemos otra película como su último film, "Lilith" (1964) con actores de la talla de Warren Beatty o Peter Fonda.
Pero vamos a la que nos abarca, que es este político egoísta, rastrero, miserable y que sólo se preocupa en él mismo, y no en el pueblo, ¿Raro para ser un político verdad?, pero el mal tiene ya muchos años como se puede ver demostrado en este film donde Rossen busca la crítica a la política mal llevada, a la hipocresía, al enganche a la bebida más fuerte que uno puede tomar; el poder sobre algo.
Es difícil mostrar tanta injusticia en 110 minutos en un metraje, y más plasmarlo desde las letras de un guión a una pantalla con un elenco de actores bien compenetrados y un Broderick Crawford colosal, a un nivel interpretativo mucho más alto que los demás candidatos al Óscar a mejor actor, con lo que quiero decir, que se lo llevó de calle, sin apenas problemas, así como también lo hizo Mercedes McCambridge, por desgracia no ocurrió lo mismo con Rossen, el cual fue superado por Mankiewickz y su film "Cartas a tres esposas", opción injusta.
Otro tema a destacar de la película es la admirable sencillez que transmite, lo que la hace amena y de fácil visión, sin llegar a ser la típica película con buenas ideas pero pesada de ver, como pasa en muchos casos en el cine.
No pierde la creebilidad (se vuelve a dar las gracias a Crawford por esto), la fluidez va viento en popa a toda vela y nos mece en las olas de la increíble maestría de Rossen desconocida por muchos y admirada por otros.
Una película con un buen guión, buenas actuaciones, bien llevada y sobre todo con el toque que requiere toda película; que enganche. Excelente película.
NOTA FINAL:
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